Internet no puede ser definido solamente como algo que existe y nos conecta entre nosotros.

Es mucho más. La red es posible gracias a un complejo sistema de cableado que cruza el mundo y que, según su forma o estilo, ofrece diferentes beneficios y características.

Actualmente existen varios planes que permiten nuestra conexión con el mundo exterior, pero son tres los que dominan el amplio mercado de esta tecnología: la fibra óptica, el cable y DSL.

Ahora te explicaremos cada uno de estos tipos de conexión para que puedas identificar el que tengas en tu hogar o si es que estás buscando contratar un servicio, reconozcas cuál es el que mejor se adecua a tus necesidades.

Fibra óptica

Hasta la fecha, es la mejor que ofrece el mercado. Se basa en la transmisión de pulsos de luz que transitan a lo largo de fibras muy delgadas, generalmente de vidrio o plástico, que llevan los datos de internet hasta cada hogar.

La relación costo-beneficio ha mejorado en los últimos años, especialmente por la disminución del precio de este servicio, pues la calidad siempre ha sido superior.

Con la fibra óptica se pueden alcanzar velocidades de descarga de hasta dos mil megas por segundo (Mbps), esto es suficiente para poder descargar en tan solo un minuto una película de duración de dos horas en formato HD.

Internet por cable

La conexión por cable coaxial (el mismo de la señal de televisión) es, sin duda alguna, el que se considera hoy en día como “estándar”.

Aunque la calidad y velocidad es menor que la anterior, no deja de ser una buena opción de internet para cualquier hogar, además de ser mucho más accesible.

Tanto en costo como en infraestructura, el cable se ha posicionado como el servicio más usado por las personas en el mundo, teniendo en cuenta que es el que más ofrecen las compañías en sus paquetes de internet, televisión y telefonía fija.

En cuanto a la velocidad, hay operadores que ofrecen planes de máximo 940 Mbps de descarga, aunque lógicamente la mayoría no alcanza este umbral.

Internet DSL

Toda tecnología fue alguna vez la que solemos llamar “de punta”. Sin embargo, como en todo proceso evolutivo, dicho sistema se va volviendo obsoleto con el tiempo, aunque la nostalgia es lo que no permite que desaparezca del todo.

Precisamente este es el caso de la DSL (Digital Subscriber Line o Línea de Abonado Digital).

Es una conexión que básicamente funciona a través de la línea de teléfono fija de cada hogar, sin la estorbosa necesidad de que un servicio afecte al otro.

Con información de Infobae

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